El presente trabajo propone un recorrido por la historia del vino en Cafayate, abordando su evolución desde los primeros viñedos introducidos en el período colonial hasta las expresiones contemporáneas que consolidan a la región como uno de los principales polos vitivinícolas de la Argentina. Este análisis busca poner en valor el desarrollo de las rutas enoturísticas y el papel de las bodegas centenarias, las cuales representan no solo un testimonio del pasado productivo, sino también un componente esencial de la identidad cultural y patrimonial del Valle Calchaquí.
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A lo largo de los siglos, la vitivinicultura cafayateña ha experimentado transformaciones significativas, resultado de la interacción entre saberes tradicionales y procesos de modernización tecnológica. Dichas transformaciones se reflejan tanto en las prácticas agrícolas como en la arquitectura vitivinícola local, que combina elementos de la herencia colonial con diseños contemporáneos orientados a la sustentabilidad y la experiencia turística.
la puesta en valor de las rutas del vino y del matrimonio enológico entre historia y paisaje constituye un eje central para comprender la sinergia entre cultura, territorio y desarrollo económico. Estas rutas permiten articular el patrimonio material —representado por las bodegas, los viñedos y las infraestructuras históricas— con el patrimonio inmaterial, expresado en los saberes, tradiciones y narrativas asociadas a la producción del vino..
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El presente análisis se sustenta en el estudio "Guía de Enoturismo: un relevamiento de la gestión turística de las bodegas de Cafayate", el cual ofrece una base empírica para comprender la gestión actual de las bodegas, su vinculación con el turismo cultural y las estrategias de promoción territorial. A partir de este relevamiento, se destacan las iniciativas orientadas a fortalecer la competitividad del destino, diversificar la oferta turística y consolidar una marca identitaria que asocie el vino cafayateño con la autenticidad, la calidad y la tradición.